Friday, June 16, 2006

Bienvenida a México-06/12/06

Esperaba que me lo dijera el agente de aduanas, pero en vez fue mi compañía de celular la que me mando un mensaje de texto dándome la bienvenida al cruzar la frontera y avisándome que tenia servicio en este país.

Asi que por el momento el celular, y particularmente los mensajes de texto, es mi única conexión con el mundo ajena a Baja.

Me estoy quedando en una cabaña con techo de hojas de palmera y ventilador en el techo, por US$30 la noche, tan cerca de la playa que oigo las olas romperse cuando me acuesto a dormir. El lugar se llama El Delfín Blanco y lo maneja una señora sueca llamada Asa (se pronuncia Osa) que vive acá hace como 20 anyos y me dijo esta mañana que se considera mas mexicana que sueca. Eso, a pesar de los ojos azules y el pelo blanco-rubio. Es muy flaca y adivino que ella tiene como 65 o 70 anyos. Me la encontré anoche en el hotel hermano, Posada El Señor Mañana, en San José de Cabo, con uno vestido bordado, en el tradicional estilo mexicano. Me dio las indicaciones para encontrar las cabañas del Delfín Blanco, que queda en el siguiente pueblo : Las Playitas.

Y aquí estoy. Ayer en la tarde al llegar baje inmediatamente a la playa. Una playa larga, eterna, con algunas familias mexicanas mirando las olas y otras pescando. Están construyendo una marina aquí, y aparentemente esta todo cambiado y cortado el sentido del trafico. Imagino que es un plan turístico a futuro porque por estos días, me encuentro en el lugar menos visitado de los Cabos, creo. Camine por el pueblo, que son unas pocas casas: mansiones al lado de chozas, y entre medio crecen mangos y flores fucsia. Las calles son de tierra y hay perros. Entre a mirar el menú en un restaurant al aire libre donde ofrecían música en vivo y un tipo tocaba bosanova. Quizás vuelva esta noche.

Hoy me fui a lo que vine a hacer acá: nada en la playa. Después de consultar con la señora Osa, partí primero al supermercado mas grande que encontré en San José, el Mega. Ahí compre una toalla de playa, agua, y comida preparada: guacamole y arroz. También una plata suelta para mañana al desayuno. Olvide que iba a estar en la tierra de las paltas, aguacate! Me decidí por visitar hoy la playa el Chileno, quizás un poco por el nombre. Lamentablemente cuando llegue había un barco de turistas anclado en la playa que botaba personas en salvavidas naranja al agua y los recogía. Puaj. Camine hasta donde había menos de ellos y me eche en la arena, a la orilla del Mar de Cortez, calido pero fresco en comparación con los 37 grados que se supone que hacen todos los días en esta época. Al rato llego esto: un galeón español. Así es, con mas turistas que por suerte tiraron al agua en la parte mas profunda y por lo tanto alejada de la playa. Aunque di la vuelta a un roquerio y encontré una playa mas rustica, totalmente aislada, bajo mansiones desiertas, volví a El Chileno porque le tocaron una bocina a los turistas y se fueron, dejándome con apenas una docena de otras personas en la playa.

Mañana pienso partir temprano en mi auto arrendado al Cabo Este, que es la zona que enfrenta directamente el golfo de California, el mar de Cortez. O sea, el costado este de esta península. Iré a una playa que me recomendó una pareja tejana que alojo anoche aquí y se fue hoy: Cabo Pulmo. Lastima que no tengo certificación para hacer buceo. Ahí hay arrecifes. Que padre!

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