Sunday, July 16, 2006

Decisiones Difíciles

Recién me vengo a enterar -¿por qué nadie me cuenta estas cosas?- que el querido Divino Anticristo es sujeto de noticias. Que lo internaron, que lo soltaron, que lo quieren internar de nuevo.

¡Qué pena! ¡Qué lástima!

Las palabras de su hermano me tocan. Claro que ha de ser difícil ver a tu hermano viviendo en la calle durante 20 años; querer que esté mejor. Y a la vez... también me hacen sentido los miedos de otros, sin lazos familiares pero sí de aprecio por el DA, de lo que signifique internarlo.

Hay un libro escrito por un famoso neurólogo, Oliver Sacks*, llamado The Man Who Mistook His Wife for a Hat (El Hombre Que Confundió a su Señora con un Sombrero). Son relatos acerca de pacientes con extrañas enfermedades neurológicas. Gente que entiende todo lo que dices pero no capta ninguna emoción, ningún tono. Gente que sufre de lo contrario y te entiende perfecto la intención, pero ni una sola palabra de lo que dijiste. Un hombre que confunde a su mujer con un sombrero y la toma de la cabeza y trata de ponérsela.

En uno de los capítulos, el doctor Sacks habla de dos pacientes, hermanos, que viven, realmente, en el mundo de los números. A lo largo de la historia, ha habido varias personas que parecen VER los números, sentirlos como entes enteros y no como los demás los entendemos (mediante un cálculo, separados en dígitos). Como Rainman (inspirado en historias reales) cuando cae la caja de fósforos y dice el número exacto de fósforos, no porque los haya contado sino porque los VIO, vio el número entero.

Estos hermanos, de un coeficiente intelectual muy bajo, son descubiertos un día por el Dr. Sacks hablándose en números, en un rincón, y con una actitud ritualística, casi comulgando con estos números que se van diciendo un hermano al otro. El Dr. Sacks vuelve a su casa e investiga los números que escuchó y que anotó. Resulta que son todos números primos... ¡de 6 dígitos! Estos hermanos apenas saben sumar, mucho menos *calcular*, por lo que es un misterio su conocimiento de estos números. Como experimento el doctor anota algunos primos (que encuentra en un libro) de 8 dígitos. Vuelve donde los hermanos -aislados en su mundo de cifras en una clínica siquiátrica- y se sienta con ellos. Lanza un número -primo, de 8 dígitos- y espera. Los hermanos lo mastican, pasan minutos. Luego, sonrisas. Uno de los hermanos abre la boca, y tira devuelta un número primo de ¡DIEZ dígitos!

Bueno, y así sigue el juego que es mucho más que juego, es un lenguaje y una fuente de aceptación entre ellos. Aquí están bien, aunque aislados de otras personas que no hablan en números (ie el resto del mundo).

El epílogo del relato es que los hermanos son diagnosticados y medicados y -peor- separados, en un intento de que lleven vidas más productivas y normales. El tratamiento es un "éxito" en esos términos. Los hermanos logran mantener empleos estables, aunque de muy bajo nivel (por su baja inteligencia y capacidad intelectual y social) y nunca más se ven ni son capaces de conectarse con su viejo mundo de números.

¿Quién tiene la razón?



*El doctor Sacks ha publicado varios otros libros, incluyendo Awakenings, en el cual se basa la película del mismo título.

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