Sunday, December 19, 2004

It's beginning to look a lot like Christmas

Es domingo, 19 de diciembre. Este viernes 24 a las nueve de la mañana llegará el señor Vladimir con su camioneta a llevarse todas mis cosas a una bodega. Yo tomaré mi maleta con ropa de verano y me iré al departamento desocupado de unos amigos americanos que se fueron a probar suerte a una viña en Tazmania. En la casa de mi amigo Shane dejaré ropa de invierno para mi regreso, porque ahí alojaré hasta encontrar mi propio nuevo departmento.

Hoy la mayoría de mi departamento está en el living, en cajas y maletas, envuelto en papel de diario sin tinta y rollos de burbujas. Hay más cosas prestadas que mías, creo. Pero se mueven conmigo, así que me siento un poco más dueña de ellas por el momento.

Dije que está nevando? Está nevando ene. Debería ir a la calle Ste-Catherine a ver los monitos mecánicos a la vitrina de Ogilvy's. Es más, lo haré ahora. Voy a ir a ver The Incredibles, del mismo animador de la premiada El Gigante de Hierro. Necesito salir de mi departamento y dejar de pensar en cómo proteger mis copas de martini por un rato.

El día de navidad voy a ir a ver The Life Aquatic, la nueva de Wes Anderson. Anoche dieron The Royal Tennenbaums en la CBC.

No hay ningún lugar mejor donde pasar la navidad que en Montreal, si me preguntas a mí. Hay nieve, villancicos tradicionales, y las decoraciones tienen sentido en este clima y en esta cultura. No me siento estresada, no hace calor, no vamos a competir por dónde se junta la familia este año, ni tengo que ir a ningún mall a comprar regalos.

Acá soy yo y mi papá no más. Vamos a misa el 24 al San Ignacio, como todas las navidades de mi infancia, y el 25 voy a la fiesta anual donde la familia MacDonald. En la tele puedo ver el clásico Rudolph the Red-Nosed Reindeer en stop-animation. Arrendé Elf, con Will Ferrell y me reí a carcajadas. En la radio están leyendo A Christmas Carol y explicando que Scrooge no era malo; sólo ignorante del dolor y la pobreza que lo rodeaban. Yo lo siento, pero éste es mi verdadero espíritu navideño.

1 comment:

Vero said...

Jeje, yo pensé que en este año lejos de casa me iba a librar de las miles de compras navideñas para los cientos de queridísimos familiares... y resulta que ahora tengo cientos de queridísimos amigos que se encargaron de ocupar el puesto vacante en la lista de regalos por adquirir...
no es que me esté quejando en todo caso... aunque por lo menos a mí, pasar la navidad con frío se me hace muy raro.
saludos!

 
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