A fines del siglo XVIII Nueva Orleans era española. (Yo le decía “Nuevo” hasta que vi que en el francés original es “Nouvelle”.) Así lo aprendo por las placas que hay aquí en las calles (Bourbon Street era realmente la calle de Borbón, y ahí entiendo de repente que se refieren a la familia y no al alcohol, aunque quizás estas dos cosas estén relacionadas también…)
El French Quarter tiene toda la onda de Anne Rice y su vampiro Lestat: el aire es húmedo, aun cuando esta fresco, y la oscuridad envuelve los faroles a gas que cuelgan de las casas con balcón (como en Iquique, un poco). Me recuerda al cementerio general, aunque es una zona residencial. En todo caso, el cementerio siempre me hizo pensar en un pueblo de muertos vivientes, así que es como igual. En alguna parte de esta ciudad tiene que haber una gigante escena gótica, pero no la encuentro.
En New Awlins, como lo pronuncian los sureños americanos, si que saben comer. Claro que es pesadísimo, pero que manera de comer mariscos, carnes, arroces, y trago, trago y mas trago te ofrecen. Cocktails to go! dice un letrero fuera de un bar. Según mi mama que aun en 1963 era así la cosa. Me pregunto si en esa época ya tenian el famoso Hurricaine, un trago servido en vasos de 500 ml en el bar de Pat O’Brien. Si compras uno, te regalan el vaso.
Hasta ahora nada ha sido tan terrible como me lo hicieron imaginar mis compañeros de trabajo que ya habían estado aquí. No huele mal; nadie me ha tratado de levantar la polera; no me he sentido en peligro de ser asaltada tampoco.
Post el huracán Katrina, la parte turística esta reconstruida, y continúan haciendo mejorías. Las palmeras de la avenida Canal, por ejemplo, se notan nuevas por los soportes. Pero sabemos por las noticias que en los barrios pobres –los negros, los latinos- las cosas están mal. Poca gente ha regresado, la plata gubernamental para reconstruir casas es mal usada o no llega nunca. No es la primera vez, pero ha quedado mas que nunca en evidencia como este país trata a sus pobres, lamento decirlo. En mis viajes he aprendido a conocer y a querer a la gente común y corriente americana y encuentro que alguien les esta haciendo un flaco favor en alguna parte.
Volviendo a lo mas turístico, fuimos a buscar la casa de Brad y Angelina una noche. Encontramos varias posibles, siempre en el French Quarter, pero la que yo mas pensaba que era, parece que no es, porque no coincide con las fotos que hay en Internet. Turismo stalker. Comimos beignets, que se supone que son los donuts franceses pero a mi mas me recuerdan a los churros españoles. Es masa frita con harta azucar flor encima. Delicioso, con café au lait, latte, o cortado, como quieras llamarlo. A mi pesar, fuimos a comer al Bubba Gump la ultima noche. El mismo de la película Forrest Gump, si me pueden entender. Anyway, pedi el pescado mahi mahi y no toque mis camarones. No puedo comer mas camarones!! En realidad, quizás no deberia comer mas, punto. Para hacerse gorda, hay que puro visitar la Nueva Orleáns.
Monday, March 26, 2007
New Orleans, en espanol
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